La televisión es un medio creado en un principio, para transmitir rápidamente la información y que se ha convertido en el medio de comunicación por excelencia que, en vez de transmitir los sucesos, los crea, modifica, manipula y transmite a su antojo.
Los presentadores mediante su forma de hablar o dirigirse a los invitados de sus programas les asignan el papel convenido por la cadena. Si al programa le beneficia la opinión del hablante le cederá la palabra constantemente y le ayudará en sus explicaciones mediante complicidades, sin embargo, si la situación es contraria, le cortará continuamente el turno de palabra o el tono de voz del presentador se convertirá en inadecuado.
La censura también está presente a la hora de transmitir noticias, quizás no lo vemos ya que pensamos que nos explican aquello que ocurre pero la realidad queda modificada a su antojo. En la televisión se transforman noticias insignificantes en interesantes para todos los públicos.
A los programas de televisión se les asignan unos hablantes que dan la razón cuando es convenida y que ponen en entredicho las palabras de los que expresan su opinión contraria a la cadena. Necesitan la palabra de un "enemigo" para negarla, y así reafirmar la suya.
En las cadenas se cree que el índice de audiencia califica la calidad de la programación de un canal pero no es así. Tal vez haya un programa sin ninguna calidad con un alto índice de audiencia, y que sea muy visto por la hora en la que se emite o porque, a lo mejor, "no hay nada más en la tele". La audiencia de un programa y su calidad no son directamente proporcionales, para mí, entre estos, no existe una relación relevante.
La prensa escrita también es tratada en este libro. Los periodistas leen todos los periódicos posibles para intentar recopilar toda esa información y hacer algo mejor que el resto que invite a los lectores a leer su producto. Sin embargo, las diferencias entre unos periódicos y otros son casi inapreciables, ya que sólo son captadas por los expertos en la materia. Además, todas las noticias están extraidas de un centro informativo que es consultado por todos los redactores. La televisión está acabando con la prensa por el hecho de que es capaz de transmitir con una rapidez inmediata.
En conclusión, creo que la televisión nos está haciendo vivir en un mundo inventado por aquellos que están al mando de ellas, o más bien, por los políticos que intentan controlarla para beneficiar a su partido. Cada cadena está claramente definida por una política que modifica la realidad.
lunes, 31 de marzo de 2008
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